
Tim Burton logra una vez más recrear una historia fantástica que te transportará a otro mundo. La historia es una lucha constante, un reencuentro con la identidad propia. Los efectos especiales van acordes con el estilo psicodélido de la película. Los escenarios a computadora son creativos, llamativos y coloridos. Maquillaje increíble. Muy buenos vestuarios. El soundtrack (por Danny Elfman), sin embargo, no es muy satisfactorio. Al parecer Elfman carece de ideas nuevas ya que los ritmos de las canciones principales son, básicamente, los mismo que los de la película Charlie and the Chocolate Factory. Las actuaciones principales son satisfactorias aunque, debo decir que, Johnny Depp -a pesar de actuar muy bien- no se adentra en el papel de sus personajes ya que, sea cual sea la película en la que lo vea y por más maquillaje que tenga, sus facciones son las mismas y es inmediatamente reconocible. Asimismo me pareció un poco desabrida la actuación de Anne Hathaway, probablemente porque el papel no le queda.
Fuera de eso, la película en general me gustó mucho. Además deja muchas enseñanzas como que todas las personas buenas son dementes. Y lo que más me gustó: Vivir se trata de soñar en grande.
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